ISSN- 2007-5758

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Canción de Amor

 

Dirección: Karin Idelson
Año: 2014
País: Argentina.

En un museo de México pude realizar una experiencia interesantísima a los fines de comprender lo que está en juego en Canción de Amor, la película de Karin Idelson que queremos presentar: ver una misma película con dos bandas sonoras diferentes. La interpretación posiblede la película variaba radicalmente según la banda sonora y no sólo porque hay convenciones de género cinematográfico sino por que esas convenciones remiten al fenómeno que Canción de amor hace aparecer ante nuestros ojos y oídos con una técnica que básicamente es de recorte y de énfasis. Canción de Amor nos muestra con sutileza lo que esa experiencia dejaba intuir: que la música está entramada en la vida y más aún que existe una dimensión musical de lo vital. Pero mientras lo que en la experiencia de museo era artificial e hipotético en el caso de Canción de Amor ocurre como ocurre en la cotidianeidad que nosotros habitamos. En síntesis Canción de Amor nos presenta la posición de la música en la vida y la vida en su aspecto de fenómeno musicalizado.

El lector pude dejar aquí el texto y pasar directamente a la película. Pero si tiene algún interés por la relación entre esta y las ciencias sociales, puede leer esta ampliación. El film de Karin Idelson es toda una lección para las ciencias sociales de la música. Presenta en acto, acumulado y en sus efectos principales, mucho de lo que hemos conseguido aprender entre sociólogos, antropólogos, comunicadores, historiadores, estudiosos de la cultura en general. Veamos muy brevemente qué puede o quiere decir esta afirmación tan arriesgada ya que Canción de amor parece una película “irremediablemente y penosamente sencilla”: para los ciegos, para los sordos y para una variante muy especial de ellos que son los alienados en la “teoría”, los que quieren ir “más allá” y sobre todo siempre creen haber llegado allí como testimonio, claro, de su inteligencia.

Las ciencias sociales expuestas al riesgo de la música han aprendido muchísimo en batallas sucesivas que luego de casi 100 años, comienzan a dar algunos resultados. Ahora sabemos mas que nunca, que la interpretación del “sentido de una obra” no puede detenerse ni esperar su mayor resultado del análisis de la obra aún cuando deba pasar por ella.

Pero el privilegio de las apropiaciones y usos no se circunscribe a la lección que han dejado entre nosotros autores como Michel de Certeau y Jesús Martín Barbero. No sólo se trata de los poderes innegables de significación que detentan en diversas posiciones sociales los sujetos. Lo sabemos y lo retenemos para siempre: aún en la disimetría más marcada hay capacidad de desvío. Que esta capacidad no sea absoluta, ni dé lugar a un proyecto superador, no significa que se pueda describir la realidad sin contar con esa capacidad (a menos que se quiera pagar el precio de cargar más pesadamente la mochila de los sujetos dominados por los que los intelectuales dicen y creen asumir “responsabilidades”).

La música estructura esa agencia que reivindicamos con capacidad de tener efectos. El sentido no solo es efecto de la acción sino que la música es parte de esa acción. Así la apropiación de la música (casi siempre, por no decir siempre, mediada por el mercado) ocurre en condiciones que como las que teoriza Tia De Nora (ver en este mismo número la reseña de Nicolás Welschinger): “oir música” es hacerla propia, incorporarla, meterla en el cuerpo, y en la vida, tornarla ritmo sentimental y biológico en circunstancias específicas. Así se entiende que la música además de poder hablar de amor sea ella misma objeto y expereincia misma del amor y la pasión (como lo demuestra Claudio Benzekry reseñado por Ornela Boix en este mismo número). Y no solo eso: es a través de los mecanismos que permiten comprender que mas que entenderse la música se incorpora y a través de esta vía, diferencia, particulariza, identifica el matiz de las escenas vitales.

Pues bien el trabajo fílmico de Idelson, sintetiza estas vertientes teóricas y nos muestra a las personas viviendo las canciones de amor, amando con las canciones, constituyéndose con ellas tal como realmente sucede. Las lecciones acumuladas de las ciencias sociales de la música se presentan aquí condensadas, superando la aparente necesidad de entenderlas por el rodeo del recurso a las grandes concepciones teóricas ( “estructuras”, los “campos”), pero sin ingenuidad acerca de sus relaciones con la vida social. La práctica de describir que propone el film supone una teoría, pero ésta, no se presenta como enunciados escolares, independientes del objeto sino como un juego implícito acerca de que es necesario hacer y que es necesario evitar para mostrar sujetos y canciones. Se presenta la “teoría”, “con la boca cerrada” como me lo sugiere Carolina Spataro. La sensibilidad de la artista, y la experiencia de haber escuchado canciones de amor y de saber que no hay nada que no sea construido, ni construcción que sea definitiva parecen habitar las tomas y el montaje. No se trata de video clips, de proponerse una interpretación de la canción, ni de interpretaciones externas a los que escuchan. Se trata de presentar sus escuchas, que no son nunca una actividad simplemente “coclear” o auditiva. Aquello que reclamamos de la etnografía, la presentación del sentido “interno” de una práctica, muchas veces de acceso dificilísimo, resulta el dato permanente de una visión que no sacrifica en ningún momento la empatía en pos de un orden invisible del que el intelectual se reclama mediador privilegiado. Sin embargo si este orden existe es en las cosas mismas, destruyendo la distinción entre descripción y explicación entre noumeno y fenómeno, entre lo “aparente” y lo “profundo”. Al menos esta es la apuesta que logra sostener con solvencia esa película que no prescinde de la inteligencia y la sensibilidad para captarla relaciones entre música y sujetos, sin por ello entregarse a los designios de los mandarines de las causas estructurales que para beneficio de su jerarquía solo ellos se consideran capaces de discernir.

Allí donde se suelen pedir “explicaciones”, allí donde la cierta forma de brutalidad humana irreconocible para nosotros por que se disfraza de profundidad teórica pide “algo más” , y allí donde se sobreimprimen interpretaciones, casi siempre basadas en un argumento de autoridad, que es una reivindicación indirecta de la supuesta sagacidad del enunciador, se vuelve a los hechos mismos. Pero no a los hechos dados, sino a aquellos que surgen de una paciente puesta entre paréntesis de todos los supuestos que los diversos actores ponen en juego para construir y vivir esos hechos, a los supuestos que los presentan como dados. Puede que no sea la palabra definitiva, puede que no tenga que serlo. Pero es un ejercicio de humildad que casi siempre se deja a mitad de camino, que se abandona antes de lo que se debería para abandonarse al salto mortal de las generalizaciones y las interpretaciones que supuestamente “agregan algo más”. En este caso, para beneficio de la “ciencia” y del placer de mirar/escuchar/sentir/comprender, no.

 

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Versión, Estudios de Comunicación y Política, año 22, No. 33, Abril de 2014, es una publicación semestral Universidad Autónoma Metropolitana, a través de la Unidad Xochimilco, División de Ciencias Sociales y Humanidades, Departamento de Educación y Comunicación, Prolongación Canal de Miramontes 3855, Col. Ex-Hacienda San Juan de Dios, Delegación Tlalpan, C.P. 14387, México, D.F., y Calzada del Hueso 1100, Edificio de Profesores, Primer Piso, Sala 3 (Producción Editorial), Col. Villa Quietud, Delegación Coyoacán, C.P. 04960, México, D.F., Tel. 54837444. Página electrónica de la revista: http://version.xoc.uam.mx y dirección electrónica version@correo.xoc.uam.mx. Editor Responsable: Mtro. Luis Alfredo Razgado Flores. Certificado de Reserva de Derechos al Uso Exclusivo del Título No. 04-2012-120616373200-203, e ISSN 2007-5758, ambos otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor. Responsable de la última actualización de este número: Mtro. Marco Diego Vargas Ugalde, Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco. Calzada del Hueso No. 1100 Colonia Villaquietud, Coyoacán. C.P. 04960. México D.F. División de Ciencias Sociales y Humanidades, Departamento de Educación y Comunicación, fecha de última modificación: 11 de junio de 2014. Tamaño del archivo 21 MB.

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