ISSN- 2007-5758

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La experiencia emocional y sus razones

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En una entrega anterior de Versión. Estudios de Comunicación y Política (núm. 24, “La construcción discursiva de las emociones”), reunimos una serie de artículos representativos de diversas corrientes de estudios de las emociones y, en particular, aquellas que se inscriben en las teorías del discurso y la argumentación. Dada la importancia del tema y la cantidad de materiales recibidos como respuesta a nuestra convocatoria, presentamos un segundo volumen que confirma la emergencia de un nuevo prisma en el examen de lo que la retórica tradicional ha calificado como medios de persuasión: logos, ethos, pathos. Los artículos reunidos en esta última entrega de la revista impresa, confirman la emergencia de un nuevo paradigma en el examen de las pasiones y los afectos movilizados en las múltiples producciones discursivas.

En los estudios publicados en estos volúmenes (Versión 24 y 26), la disociación entre las instancias enunciativas de la “persuasión”: los motivos ético-morales, las razones y los argumentos, las emociones y el plano de lo sensible, encuentran una nueva articulación de un modo más complejo y dinámico. El hecho de apelar a las emociones y afectos del interlocutor (pathos), de las audiencias, mediante la creación de una imagen de confianza del enunciador basada en los rasgos peculiares de su carácter (ethos), ya no aparece en estos trabajos como simples funciones subsidiarias, coadyuvantes, de la fuerza retórica de los argumentos (logos). En los estudios tradicionales de la retórica antigua y de las ciencias del lenguaje contemporáneas, prevalecía la idea de una jerarquización subyacente en la que dominaba la fuerza de los argumentos, la consistencia y la lógica de las razones aducidas. Este imperialismo de la razón y la lógica ha persistido aun en las teorías contemporáneas de la argumentación. Perelman y Olbrech Tyteca, Anscombre y Ducrot, Toulmin, Grize descuidaron un hecho fundamental: en los discursos argumentativos está siempre presente una dimensión patémica.

Las pasiones en los usos de la lengua, la vehemencia emocional en los discursos políticos, las funciones expresivas y la movilización de los afectos en la comunicación verbal son algunos de los tópicos que se encuentran actualmente en el centro de la investigación humanística –y de las disciplinas sociales– y parecen estar marcados por una especie de reencantamiento del mundo sensible, del universo profundamente humano de los afectos y las emociones.

Las emociones, sentimientos, creencias y el mundo de los afectos son los fermentos que animan los movimientos sociales contemporáneos. La indignación de una localidad frente a un acto de rebelión extrema, como la inmolación mediante el fuego en Túnez (desde la década de 1960 se impuso como acto ejemplar de protesta), extiende ante los ojos del mundo oleadas de sentimientos de compasión y solidaridad. En el aquí y ahora de México dominan las emociones en el discurso político, tanto en la esfera doméstica como en el plano de sus relaciones internacionales.

En los estudios reunidos en estos volúmenes se pone al descubierto el sesgo marcado de las campañas mediáticas o el debate político, hacia una exaltación de las emociones y a tomas de posición en términos de filias y fobias. Pero de manera tal que, por ejemplo, los discursos o campañas políticos inflamados de pasiones –que se inscriben en un marco de valores y creencias compartidos– no se refieren ya a un orden de argumentos falaces o de chantajes “morales”: se sugiere la idea de que la cauda de sentimientos, pasiones y emociones tienen un fondo de racionalidad en tanto que son significados elaborados socialmente, determinados por sistemas de creencias y representaciones sociales; en otras palabras, las emociones son en buena medida construcciones discursivas.

En este segundo volumen, “La experiencia emocional y sus razones”, hemos reunidos nuevas exploraciones teóricas, así como propuestas de orden metodológico, que provienen de comunidades académicas de diversos países: Francia, Suiza, Brasil, España, Argentina, México, entre otros. Un empeño de interlocución plurilingüística que nos llevó a publicar artículos en inglés y en portugués, con la intención de ampliar el horizonte de nuestro diálogo académico.

Un primer bloque de artículos presentados en este número conforma una interesante configuración teórico-conceptual y metodológica que abre nuevas vías al estudio de las emociones, sin dejar de lado el aspecto de estudios empíricos como el discurso populista o las campañas en la prensa contra el genocidio.

Ekkehard Eggs, en su artículo “The production of emotions in political discourse: the rhetorical techniques of Bush and Obama” –del cual incluimos una versión sintética en español–, examina los recursos y técnicas retóricas de George W. Bush y Barack Obama. Este estudio se inscribe en la milenaria tradición aristotélica que concibe el discurso público como una unidad del logos, ethos y pathos. Así, G.W. Bush, en la defensa y legitimación de la guerra contra Irak, pone en juego simultáneamente las emociones del miedo y la confianza. De tal modo que, según este estudio, Bush elabora en su discurso una estrategia de “salvador” ante el peligro inminente que representaba el régimen de Saddam Hussein. En el marco de su elaboración discursiva del miedo al terrorismo, Bush se mostraba como alguien digno de confianza para erradicar este mal, esto es, la misma encarnación del mal que representaba S. Hussein. En lo relativo a los discursos de Obama, el autor pone de relieve un rasgo estilístico dominante: el recurso al tricolon, esto es, el uso reiterado de palabras, frases u oraciones para transmitir a su auditorio un conjunto de valores característicos del ethos de Obama: apertura, honestidad, disposición al trabajo colectivo. Mediante estos recursos verbales Obama ha logrado una fuerte conexión con amplias franjas de la ciudadanía movilizando a la vez sentimientos de empatía y esperanza.

En la triste secuela de genocidios perpetrados en el continente de África en las últimas décadas, Rwanda, Sudáfrica, entre otros, el exterminio de franjas enteras de la población en una región del Sudán es quizá uno de los episodios de la violencia interétnica menos conocido entre nosotros. Ante las atrocidades cometidas en la guerra civil desatada en 2003 y que afectó particularmente la zona conocida como Darfur, se desarrolló en Francia una campaña de desplegados apoyada por un amplio número de intelectuales y destacadas figuras de la vida política, entre otros. Esta campaña, desarrollada en medios impresos a fines de 2006, en los diarios Le Monde y Le Figaro, buscaba ante todo motivar a un amplio número de lectores-actores sociales a emprender una serie de acciones orientadas a detener el genocidio en Darfur. De acuerdo con el estudio de los desplegados emprendido por M. Rinn, en estos textos domina el despliegue de las emociones sobre los procedimientos argumentativos. La campaña “Urgencia Darfur” recurre deliberadamente a los argumentos del pathos para confrontar a sus destinatarios con la ineludible responsabilidad moral, la experiencia de una conciencia ética ante las violaciones y otras atrocidades para obligarlos a emprender acciones tales como informarse con amplitud del asunto a partir de la página electrónica de la asociación o bien adherirse a los términos de una campaña que propiciaba la intervención de gobiernos y fuerzas militares de diversos países para detener la masacre.

Entre las diversas colaboraciones que hemos recibido, hay que señalar el trabajo que ha desarrollado Patrick Charaudeau, al abordar el despliegue de las emociones en el discurso populista. En el artículo “Las emociones como efectos de discurso” pone un énfasis particular en la especificación del punto de vista del análisis del discurso ante la problemática de las emociones, sobre todo ante las aproximaciones de la psicología social o la sociología. Dado que el análisis del discurso tiene como objeto la producción del sentido en un marco de interacción, no es ajeno a cuestiones relativas a la intencionalidad o a la retórica de los afectos. De tal modo que el punto de vista del análisis del discurso se nutre de otras aproximaciones, como las ya mencionadas, pero añade a este andamiaje conceptual una teoría del sujeto y de la situación de comunicación. Desde una perspectiva interdisciplinaria constitutiva del análisis del discurso, se examinan minuciosamente tres presupuestos básicos que atraviesan disciplinas como la psicología social y la filosofía: las emociones pertenecen a un orden intencional y están ligadas a los saberes de creencia de modo que se inscriben en una problemática de la representación psicosocial.

El artículo de Raphaël Micheli, “Las emociones como objetos de construc-ciones argumentativas”, se inscribe en el ámbito de la teoría de la argumentación que se aparta de las concepciones tradicionales que únicamente ven en las emociones un recurso de persuasión y, en todo caso, como coadyuvantes de la argumentación. La oposición tradicional entre logos y pathos que reduce esta oposición entre los empleos razonables y falaces de los argumentos es superada en este artículo a partir de una reevaluación de la noción aristotélica del pathos mediante la formulación de la argumentatividad de las emociones. Esto implica que las propias emociones –en determinadas circunstancias– pueden constituir el objeto mismo, la materia de la argumentación. Más allá de la detenida discusión entre la “concepción estándar” que se inscribe en la tradición aristotélica y ve en las emociones los recursos de persuasión sometidos a la argumentación, Micheli se empeña en formular una concepción “alternativa” en la que el enunciador ya no moviliza o apela a las emociones, miedo, compasión, vergüenza, sino más bien ofrecen una serie de argumentos sobre los motivos de dichas emociones y las razones que llevan a los destinatarios a experimentarlas de un modo legítimo: en esto consiste la argumentatividad de las emociones.

Otras aproximaciones, como las que comentamos enseguida, ponen de relieve la emergencia del pathos en diversos órdenes del discurso: del testimonio personal al documental cinematográfico, de discurso mediático a las nuevas configuraciones de los sujetos.

Martha Rizo, en su contribución “Movilización afectiva en el discurso televisivo sobre la inmigración en el Estado español”, se ocupa del rejuego constante de los media que ofrecen versiones de la realidad construidas con base en la “lógica” de los afectos y los sentimientos, filias y fobias, y no a una voluntad cognitiva y racional. A partir del análisis de los noticieros televisivos de España en torno a la creciente ola de inmigración, Rizo pone en evidencia las estrategias de movilización afectiva que les caracteriza: el miedo y la compasión. La construcción mediática de la alteridad desde la perspectiva de la diferencia, lo ajeno, y la distancia, la extranjería, se orienta a destacar el riesgo que implica al sentido de pertenencia fincado en la tradicional cultura española. De acuerdo con las observaciones de la autora, estos noticieros aluden sistemáticamente a las consecuencias negativas de la inmigración en términos de la ilegalidad del ingreso al país y su inevitable destino alimentando las filas de los ya numerosos desempleados. La representación colectiva del inmigrante en España asocia fuertemente la extranjería –ecuatorianos, marroquíes y otros– con la delincuencia, la drogadicción y con ciertas formas de violencia extrema como el terrorismo de origen islámico. De modo que la televisión como otros media son en alguna medida las cajas de resonancia de los prejuicios, las aprehensiones y las representaciones sociales. Pero no todo reporte televisivo se orienta a construir los miedos compartidos, cuando se promueve una actitud compasiva ante la situación del inmigrante, M. Rizo pone de relieve que en el fondo de este discurso noticioso se percibe un sentimiento de superioridad en todos los planos de la vida social, económico, cultural, moral.

En “Conjugar las emociones: del ‘yo’ al ‘nosotros’”, Vanina Papalini formula que los estudios de la comunicación están sometidos a nuevas tensiones que los llevan a reconsiderar las subjetividades –en el trayecto del ethos al pathos–, una trama de relaciones sociales que no descansa exclusivamente en las normas sino en el orden de lo sensible, de los sentimientos. En otras palabras, Papalini examina la configuración de las emociones en los discursos sociales contemporáneos en tanto “estructuras del sentir”. No menos importante en este excurso reflexivo es su interrogante en torno a los vínculos de la emoción singular, subjetiva, y la acción en la esfera pública.

Isadora Guardia examina los resortes de los discursos testimoniales recogidos en un documental, Resistencia, en torno a un extenso conflicto laboral de una empresa metalúrgica de Asturias. Más allá del recuento de la oposición de los obreros a la reestructuración de la planta productiva y la eventual venta de la empresa, Isadora Guardia ofrece una caracterización del género cinematográfico, el documental de intervención, que se orienta a incidir en el curso de los acontecimientos, esto es, no sólo exhibe y muestra la génesis de un conflicto laboral y su situación actual, a través de las voces de sus propios protagonistas, sino dibuja la cartografía de los distintos posicionamientos tanto de los actores sociales en confrontación, así como la mirada del propio documentalista. En la tradición del cine militante, el documental de intervención ocupa un lugar especial en tanto que la mirada cinematográfica es a la vez un ejercicio de interpretación y una voluntad de intervención en la realidad. En este caso, como en otros, los documentalistas están atentos a la gestión de las emociones de los actores en conflicto en tanto que este ámbito de los sentimientos, afectos y repulsiones crea un nuevo sentido en este escenario. En este punto, Isadora Guardia observa que el celo excesivo de la realizadora del documental por darle cuerpo, imagen y palabra a las emociones de los protagonistas de este conflicto desvanece, en cierta medida, el impacto del discurso testimonial.

Desde la perspectiva de la semiótica de las pasiones, de cuño greimasiano, Harkot-de-LaTaille examina dos novelas del autor canadiense por naciona-lización, Michael Ondaatje, con el propósito de poner a prueba su hipótesis en el sentido de que el análisis de las relaciones intersubjetivas representadas en la narrativa contribuye a la comprensión de las representaciones de la identidad en determinados estratos sociales. Este estudio entabla una discusión acerca de los efectos de sentido de las identidades, mediante el análisis de las manifestaciones pasionales de la imagen que de sí construyen progresivamente los sujetos en torno a un “juego de verdades” que se desplaza sobre los ejes del parecer/no parecer, según el cual lo que cuenta ante todo son los efectos de verdad, la veridicción, en términos formulados por A.J. Greimas.

Como parte de una investigación en proceso en torno a las representaciones de la práctica docente, entre un grupo de profesoras de nivel preescolar, María de Lourdes Sánchez recogió una serie de testimonios, al modo de los relatos de vida, sobre los trayectos existenciales y profesionales que las llevaron a definir su vocación. El análisis de estos relatos testimoniales hizo patente la expresión de una cauda de emociones al argumentar las razones y experiencias que les condujo a definir, valorar, sus respectivas prácticas docentes. El artículo “Emociones y representaciones sociales de la profesión docente. El caso de preescolar” concluye con un par de interrogantes que pueden reorientar esta investigación: “¿qué trascendencia tendría que las profesoras trabajaran sus emociones, sentimientos y afectos presentes en la relación intersubjetiva que establecen las profesoras con los pequeños alumnos que educan?, ¿qué representaciones se conformarían a partir de estos procesos reflexivos internos?”.

Entre otros materiales que asocian las emociones de los sujetos ante las realidades construidas por los medios de comunicación y la cultura dominante, se encuentran las contribuciones de Eduardo de la Fuente y Enrique Guinsberg. En el texto “Subjetividad, competencia, miedo y sistemas sociales”, De la Fuente señala que el paradigma del progreso material, en el ámbito de la mundialización del mercado, ha dado lugar a expresiones inéditas de la subjetividad que crean a su vez nuevas formas de dominio y exclusión. Por su parte, Enrique Guinsberg retoma el célebre ensayo “El malestar de la cultura” de Sigmund Freud, en el que señala la necesidad de recurrir a poderosas distracciones o a satisfacciones sustitutivas para confrontar las exigencias y penalidades de las sociedades de nuestro tiempo. Ante esta necesaria compensación del malestar de nuestro estilo actual de vida, Guinsberg señala que los medios de comunicación funcionan como esos “calmantes” que compensan las carencias afectivas y formulan a su vez modelos de identidad social ante la falta de otros referentes colectivos.

En el número dedicado a “La construcción discursiva de las emociones” (Versión 24) y en este que plantea centralmente el fondo racional de las emociones, se abandona la idea de que el plano de los sentimientos, la expresión de las pasiones y los afectos pertenecen a un ámbito que escapa a toda explicación lógica-argumentada. También ha quedado atrás la idea de que el pathos, un lenguaje-acción en la definición aristotélica, es sólo un recurso de la retórica persuasiva cuya finalidad única es conmover al auditorio, los destinatarios. En estos volúmenes está ausente cualquier alusión a la perversidad manipuladora que tradicionalmente se ha asociado al manejo retórico de las emociones. Éstas se describen más bien como un conjunto de patrones culturales y de representaciones sociales que se formulan y construyen a partir del discurso. En todo caso, se aduce persistentemente que la expresión de las emociones está sustentada en un fondo racional.

 

Silvia Gutiérrez

Ramón Alvarado

 

 

 

Cómo citar este artículo

GUTIÉRREZ, SILVIA; ALVARADO, RAMÓN; "La experiencia emocional y sus razones". Revista Versión [en línea]. Junio 2011, No. 26. [Fecha de consulta] disponible en: http://version.xoc.uam.mx/index.php?option=com_content&view=article&id=16&Itemid=9 ISSN 0188-8242

 

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