Por naturaleza
Yo era hombre, aunque por momentos también era espectador. Porque yo no fui. Yo no fui quien jaló el gatillo y mató a mi mejor amigo y a todos esos otros hombres. Uno tras otro.
Estaba con una mujer más joven, de pelo corto. Yo no era ella (y lo era). Era él, y no lo era.
Antes de salir de la casa donde maté, o miré matar, no busqué dinero, sino mis libros.
Como sucede en los sueños, nunca nos alejamos de la escena del crimen. En la camioneta blanca (como una que tuve en los ochentas) llevábamos un guacal de plástico lleno de enormes pedazos de carne cruda.
Cuando nos detuvo una patrulla por entrar en sentido contrario a un estacionamiento, dejé de estar ahí, dejé de ser él, y ahora era otro u otra. Me encontré en la habitación de una monja. Una chica de pelo corto más tarde me comentará lo guapo que era el policía. Desde la ventana veré llegar varias patrullas a la casa donde yacen los cadáveres de aquellos hombres.
No puedo sacudirme esa imagen de cuando él (yo) está a punto de dispararle a quien reconozco como mi amigo. Quiero detenerlo, no lo hago. Veo su cuerpo tirado, joven de pelo rubio, un agujero en su sien. No recuerdo haber visto sangre.
Soñé que era un asesino a pesar del té desestresante con miel de mandarina y las gotitas de lavanda en las sienes. O quizás para eso son, para desenterrar lo que está profundamente enclavado, como el miedo, la culpa, el enojo.
Lleno páginas con este y otros sueños, buscando símbolos y significados. Imágenes que podrían caber en un poema pero que mejor quisiera cupieran en mi entendimiento.
Soltar, dejar ir..., eso escribí. Pero una cosa es la palabra y otra el hecho. Elegir es un enorme riesgo.
Una triste canción nocturna
La noche ya no es joven y he dejado ir mi lengua nativa
Mi piel nativa y mi alma nativa
Hay hombres que son un peligro: sostienen mentiras y cuchillos
Hablan en dulce ámbar porque están tan tristes esta noche
Aún más que nosotras
Tiran a las mujeres como tiran la envoltura de un dulce
Mientras puedan tener otro
La noche vieja está iluminándose y blanqueándose como mi cabello
Me lo pinté una o dos veces pero también eso lo dejé ir
Hay hombres que matan a mujeres más jóvenes que mi hija
Hacen cosas terribles que preferiría no mencionar ni hacer eco
Esperando que no existan
Incluso lo niegan y protegen a los suyos, a su género
Mientras se sientan jóvenes y chulos
La noche no termina nunca y me he olvidado de traer una linterna
He olvidado de mi verdadero nombre y me he perdido
Hay hombres que parecen alienígenas incapaces de sentir pesar
Tienen muchos nombres y solo preocupan entre ellos
Los compadezco
No son ni mi hermano ni mi hijo pero piensan como mi padre
Me han traicionado como él
La noche continúa envejeciendo y sigo dejando atrás
Mis raíces nativas llenas de lodo y de vergüenza
Hay hombres sombra que invaden nuestra infancia destrizada
Se esconden, falsifican y se protegen haciendo leyes
Escritas en sangre y materia fecal
Lanzan sus falacias como arrojan nuestros cuerpos luego de masticarlos
Mientras tengan su última probada
La noche ya no es joven pero la quiero recobrar como si ella fuera yo
Mi tierra nativa y mi cielo nativo
Hay hombres que también son víctimas aún cuando no lo sepan
Esnifan en campos de baja profundidad, abandonados por la blancura lunar
Todavía más alejados de sus padres que nosotras
Solo alcanzan a odiarse y culpan y atacan nuestra feminidad
Porque no pueden sentirla dentro de si
La noche soy yo : la quiero de vuelta : mi oscuridad nativa : la recuperaré
de glorias y madres
pensando en Gloria Anzaldúa
soy una atravesada que quiso ser puente
traducir la lengua deslenguada
soy serpiente voz
serpiente alada
soy una atravesada que intentó desvirgar
el silencio que nos mata
soy serpiente onda
deslizada
soy una atravesada a la que se le atravesó
el muro que detiene el cuerpo
soy serpiente de agua
soy una atravesada que inmovilizaron
con un solo idioma
del solamente aquí
soy serpiente extinta
soy una atravesada
soy serpiente gloria
serpiente madre
soy serpiente ola
serpiente macheteada por la madre patria
azadón que nos salva y nos aplasta
al mismo tiempo
soy una atravesada
porque migrar es sobrevivir
y estamos en peligro
de extinción
Viernes santo
La oscuridad se apropia de tu alma
y no quiere salir ni alcoholizada
Cubre tu vida y tu desborde
es lo único que conoces
Para nada se parece a la alegría
y cómo quema
La oscuridad es tu goce
es la ropa tras la que te escondes
Eres el miedo y te corroes
Eres el molde que te aforma
Creyendo ser rebelde ni siquiera
te acercas a la espina
La oscuridad es tu todo
te mueres y vives ese infierno
que dicen (y es mentira)
que viene
después de la muerte
La oscuridad es de hoy
la que te pinta
La oscuridad te hace impotente
y no hay luz que ilumine el eros
solo tu amargo tanatos
y tus ojos que te miran atrapados
Se despiden de mi
sin mucho arpegio
¿y si la oscuridad es lo único que quieres?
Semblanza
Escribe desde la adolescencia y quería hacer cine, estudió comunicación en la UAM-X y fue entonces que publicó su primer poema, en la revista estudiantil “Hojas Sueltas”. Vivió 21 años fuera de la Ciudad de México, pero ya lleva 6 años de haber regresado.
Ha publicado poesía, ensayo, reseña y traducción en diversas revistas y antologías de América del Norte, entre ellas: Voices of México, Replicante, Tierra Adentro, Blanco Móvil, Tinta Seca, Género y gestión cultural: un esbozo de México y América Latina, y Speaking desde las heridas -Cibertestimonios transfronterizos/Transborder. En noviembre del 2011 fue invitada a ser parte del XIX Encuentro de Mujeres Poetas en el País de las Nubes, en Oaxaca.
Sus videos se han presentado en festivales nacionales e internacionales. La idea que habitamos ganó 1er lugar en la Bienal de México 1992, y La vuelta inesperada de Jim Sagel fue Mejor Película de Nuevo México en el Festival de Roswell de 2004. Ha sido becaria del FONCA (Jóvenes Creadores 1996), de IMCINE (Guión de largometraje, 1998), de la Ciudad de Austin, TX (1990), y del Instituto de Cultura de Morelos (2000). Más información en: http://anarcafilms.blogspot.com/