Introducción
No tenemos duda en afirmar que la violencia de la que hoy somos testigos, ha impreso un conjunto de condiciones a la dinámica de la vida cotidiana, particularmente la violencia narrada como resultado de la inseguridad que vivimos, una violencia que se trasmite mediante la lectura y la narración, y en su trasmisión va construyendo un sentimiento colectivo de miedo y desconfianza, me refiero a la violencia que se vive y se interpreta en los relatos e historia narradas en los medios de comunicación. Estos relatos se encuentran anclados a nuestra cultura mediante la construcción e interpretación de significados, en especial la violencia señalada en los medios impresos, una violencia territorializada mediante un discurso que focaliza el fenómeno de la inseguridad y la violencia, en el acto delictivo y no en los problemas estructurales de nuestra sociedad.
En este sentido lo que pretendo en estas líneas es referirme a las narraciones periodísticas obtenidas del diario El Metro y el Grafico, durante los años 2008 a 2009, en este periodo registramos cotidianamente los acontecimientos de primera plana y contra portada, para ello realizamos un registro en el que recuperamos la fecha, el encabezado, una descripción de la imagen, el contenido de la nota, los principales involucrados, el sexo y la descripción de los hechos. Durante dos años recopile 563 periódicos, de los cuales 262 fueron del Metro y 261 del Grafico, un día revisaba el Metro y otro día el Grafico. De este cumulo de información aleatoriamente tome 45 registros, de los cuales 38 hacen referencia a hombres y 7 a mujeres.
