El procedimiento político que caracteriza a las democracias modernas, la elección de representantes, resulta insuficiente para democratizar la toma de decisiones. En una democracia representativa los ciudadanos eligen a sus “representantes”; no obstante, los mecanismos por los cuales éstos toman decisiones públicas muchas veces no reflejan o ignoran la pluralidad de opiniones de la ciudadanía representada. Otrora estas opiniones eran silenciadas por la opinión de “la mayoría”, pero con el alcance de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) esta pluralidad tiene eco en la multiplicación de voces de activistas sociales que buscan posicionarse como un contrapeso político. Particularmente, cuando esta toma de decisión afecta intereses de los agentes del mercado, la representación de “otros” intereses se difumina. Ahí, como veremos con los casos analizados -regulación en México sobre bioseguridad y venta de comida “chatarra”-, cobra relevancia el papel del nuevo activismo social y las TIC.
The political procedure that characterizes modern democracy, the election of representatives, seems not enough to democratize the decision-making at public sphere. In such regime citizens choose their representatives; nevertheless, public decision-making mechanisms not always reflect or ignore the plurality of opinions. In other times those opinions were silenced, but with the new technologies of information and communications (TIC) these opinions can operate as a balance in the public decision-making. Specially, when market interests seem affected by the decision-making process, the “others” representation become diffuse. There is when, as we can see on the analyzed cases –regulation about transgenic production and “chunk” food in Mexico–, the action of social critic organizations through TIC is relevant to gain sympathizers and influence at the decision-making process.